
Pep Guardiola y Rúben Amorim se saludaban antes del partido con la cooperación de una vida, pero solo se habían enfrentado previamente en tres ocasiones. El fundamento , el 4-1 que el luso le endosó al catalán el pasado 5 de noviembre en el momento en que aún era entrenador del Sporting CP. Ambos se acordaban a la perfección. Pero el City no aprendió la lección, acabó perdiendo de manera descreída un partido que ganaba 1-0 en el minuto 88 y sigue sin despertar de una pesadilla interminable.