
Taylor Fritz no hubiese soñado un mejor ámbito para alcanzar su primera semifinal de Grand Slam. Ante un Arthur Ashe Stadium entregado para la ocasión, el californiano selló su billete a la penúltima ronda del US Open, desatando el desvarío de una afición que transporta mucho más de dos décadas esperando por un campeón local. En Novedosa York, sobre la pista mucho más grande de todo el mundo , quedó clara una situación : si La Enorme Manzana ejerce una presión inigualable , Taylor semeja presto a cargarla sobre sus hombros.