Alavés y Celta coprotagonizaron este lunes uno de esos partidos en los que pasan pocas cosas y tiene como resultado final un empate tan justo como inevitable (1-1). Adelantó pronto a los locales Kike García y aceptó la réplica de los visitantes Pablo Durán para que el último encuentro con el que se cerraba la día 21 lo hiciera con una ‘X’ para la quiniela. La sección primera no fue precisamente un aluvión de ocasiones de gol. Exhibe de ello es que se contabilizase un solo disparo entre los 2 equipos y fue el que ejecutó Kike García desde el punto de penalti para sobrepasar a Guaita y establecer el 1-0 en el marcador.
Fue en el 6’, una vez que el VAR tuviera que intervenir para comunicar a Hernández Maeso de que Fran Beltrán, en su intento de aclarar un centro al área, se había ayudado de su brazo. De ahí en adelante y hasta el descanso , el Alavés se limitó a regentar su virtud centrándose en no cometer errores con el balón y no ser bastante vulnerable sin él, y el Celta fue un deseo y no puedo, con Borja Iglesias desconectado como punta de lanza y el resto de pupilos de Giráldez lejos de interpretar acciones con las que inquiera a Owono.
Ya en la segunda mitad, no obstante , solo hubo que esperar dos minutos para que Swedberg, que acababa de entrar por Cervi, pusiese a prueba a Owono. Y fue la antesala del golazo con el que, casi 20 minutos después , Pablo Durán firmó el empate. El canterano celeste, que transporta múltiples semanas reclamando su figura en la élite, recibió en la de adelante y se sacó de la chistera un derechazo ajustado a la base del palo frente al que nada ha podido hacer el citado Owono. Fue un poco que hizo justicia con un Pablo Durán que había sido el mayor agitador del Celta en la búsqueda de eludir la derrota.
Nuevamente con empate en el marcador y después de que el inicial no hubiera durado ni diez minutos, unos y otros parecieron medirse, sin entender realmente bien hasta qué punto arriesgar el punto frente a la oportunidad de triplicarlo. Y, como frecuenta pasar en estas situaciones , el marcador no volvió a moverse.
Para el Alavés el punto es bueno, pero insuficiente como para descuidarse de una región de descenso sobre la que tiene solo ese punto de colchón. Y para el Celta rompe la racha de tres derrotas entre Liga y Copa pero no le permite escalar hasta la región sosegada.