
En el primer encuentro del 2025, el conjunto franjirrojo exhibió su mejor versión. En un día sumamente desagradable en la localidad gallega de Ferrol, el encuentro de dieciseisavos de final de Copa del Rey estuvo marcado por la lluvia. La real, la que cayó implacablemente durante todo el día sobre el césped de A Malata y complicó el juego técnico de locales y visitantes. Y la de goles, la metafórica de un Rayo en plena inercia que parecía que le salía de todo.