
El Unicaja salió a jugar con sangre en el ojo y saña amontonada y desmenuzó (113-91) al Joventut de Badalona, un equipo de su nivel, semifinalista asimismo en las 3 competiciones el año pasado. La Penya empalideció frente a la versión cajista de la época 2022/23. Un equipo insaciable, mareante, al tiempo estético y esforzado. Una exquisitez que enamoró como no se podía imaginar a la Málaga baloncestística.